lunes, 29 de septiembre de 2008

Novedades....

Bueno bueno

Hacía tiempo que no escribía y es que ha habido algunos cambios en mi nueva vida como periodista. Pues sí, aunque algunos no lo crean y piensen que aún sigo en el instituto, como parecen opinar algunos porteros de discoteca debido a mi cara infantil ;-), he terminado mi carrera. Y me han concedido una buena oportunidad para aprender y demostrar lo que he aprendido (mejor dicho, "aprendido" jajaja).
Y por ello, me gustaría hoy dejar aquí una canción que me encanta y que hace vibrar muchas cosas dentro.
Esperando que lo disfrutéis.... hasta la próxima!!!


miércoles, 17 de septiembre de 2008

Lectura

"Había un gran alboroto en aquel preciso instante porque, al parecer, un miliciano se obstinaba en alinear a las mujeres jóvenes que había en la cola empujándolas por el pecho con las palmas de las manos, y ellas no se lo querían consistir por muy miliciano que fuese. Por esta coincidencia, en los primeros momentos de estupor nadie supo exactamente lo que había ocurrido. Se oyó una gran denotación y se vio que algunas mujeres de las que estaban en la cola se desplomaban súbitamente. Las demás echaron a correr aterradas.
Entre el amasijo de cuerpos ensangrentados que quedaron en la acera sólo permaneció enhiesta una viejecilla con un pañuelo negro por la cabeza y un capacho entre las manos que, ajena a todo lo que no fuese su anhelo de que le llegase el turno antes de que se acabasen los huevos, aprovechó el revuelo para correrse suavemente por la pared salpicada de sangre y de metralla hasta el portal de la tienda, dichosa de encontrarse con que había pasado a ser el número uno de la cola".

A sangre y fuego (Manuel Chaves Nogales)

martes, 9 de septiembre de 2008

Creer

El sudor se pegaba a los cuerpos de aquellos que estaban presentes. La emoción se respiraba en cada uno de sus latidos, de sus miradas, de sus corazones. De vez en cuando, una lágrima resbalaba por alguna mejilla, fruto de la pasión concentrada en el momento. Algunos charlaban, otros reían, pero todos tenían un único pensamiento... una imagen. Siempre pura, siempre ahí, siempre luz, siempre calma.
Ella, que había dejado de creer, se sorprendió de todo aquello que estaba sintiendo. Intentaba disimularlo con alguna sonrisa, una gracia, algún comentario fortuito que no hacía sino incremetar su estado. Las canciones le transportaron a un zagúan, a un olor a bizcocho recién hecho, a tradición, a memoria.
La historia la tenía delante, su pasado justo allí, apoyando toda su sabiduría en un bastón de madera que sujetaba sus casi 80 años. Con ella la razón de su existir, la que le dio la vida, la que quiere y adora aunque en momentos no lo muestre.
Los pelos de la nuca se le erizaron cuando descubrió que aquello comenzaba. En un momento, todos fueron uno, sus voces un único cantar que llenaba las paredes de aquel lugar y que sonaba muy dentro.
Alli estaba ella, con un corazón que dictaba algo que hacía tiempo no recordaba, evitando empujones y asiéndose a aquello a lo que más quería, ella misma. Fue en ese instante, justo en ese instante, cuando volvió a tener fe.

sábado, 6 de septiembre de 2008

Los SueñOs...

Esta mañana he estado ordenando algunas cosas de mi cuarto y me he encontrado con una poesía que me gustarçia compartir con aquellos que leen este blog.

No rechaces los sueños por ser sueños.
Todos los sueños pueden ser realidad, si el sueño no se acaba.
La realidad es un sueño.
Si soñamos que la piedra es piedra, eso es la piedra.
Lo que corre en los ríos no es un agua, es un soñar, el agua, cristalino.
La realidad disfraza su propio sueño y dice: "Yo soy el sol, los cielos, el amor". Pero nunca se va, nunca se pasa, si fingimos creer que es más que un sueño.
Y vivimos soñándola.
Soñar es el mode que el alma tiene para que nunca se le escape lo que se le escaparía si dejamos de soñar que es verdad lo que no existe.
Sólo muere un amor que ha dejado de soñarse.
(Pedro Salinas)
Me encanta leerlo porque, a decir verdad, sí que me transporta al mundo de los sueños. Ahora mismo estoy, como diría mi amiga Inés, en plan pasota. Otra decepción, cayendo desde lo más alto para volver a poner los pies en el suelo que siempre está ahí para parar mi golpe. Pero las heridas que causaron dentro tardarán tiempo en sanar.

domingo, 3 de agosto de 2008

Quien juzga....

ReQuiEm pOr uNa mAgdAlenA
Quien tiene las llaves,
las puertas del cielo,
quien es el que juzga a los malos y a los buenos
Oye mujer digame si no eres pura rutina,
ya tu amor se murió y reside en una esquina,
el reloj marca las dos y tu cuerpo destrozado,
es que Dios y tu corazón
se han propuesto hacer un trato,
esta vida esta magdalena
con la muerte le ha pagado.
Lleva el mejor vestido para la ocasión,
su bolso y pintalabios su mayor fortuna,
la calle solitaria y el viejo farol,
la noche la llamaba hija de la luna,
el brillo de sus ojos te hacían sentir,
que no hay hogar más dulce
que el sillón de un coche
con un pintalabios y un triste carmín
seria tu Cenicienta reina de la noche.
Ia Ie Ia Ie Sana Turantu tu raina
Ia Ie Ia Ie Sana Turantu tu raina
Digame, que hago yo en estas puertas del cielo,
soy un alma infeliz que nunca dijo te quiero,
me entregue al infiel solamente por dinero,
nunca fui esa mujer que se muere por un beso,
digame que hago aquí en estas puertas del cielo
Lleva el mejor vestido para la ocasión,
su bolso y pintalabios su mayor fortuna,
la calle solitaria y el viejo farol,
la noche la llamaba hija de la luna,
el brillo de sus ojos te hacían sentir,
que no hay hogar mas dulce que el sillón de un coche
con un pintalabios y un triste carmín
seria tu Cenicienta reina de la noche.
La noche va terminando cuando va despuntando el día,
por el cielo va caminado de la soledad la compañía
Y en el silencio de aquella calle resuena aun sus tacón lejano,
y en la pensión de la Calle Pinto yacen sus trajes en un armario,
una oración para la que peca, ya que el infierno la esta esperando
y este puto reino para el inocente que siempre la utiliza y lava sus manos
Lleva el mejor vestido para la ocasión,
su bolso y pintalabios su mayor fortuna,
la calle solitaria y el viejo farol,
la noche la llamaba hija de la luna,
el brillo de sus ojos te hacían sentir,
que no hay hogar más dulce que el sillón de un coche
con un pintalabios y un triste carmín
seria tu Cenicienta reina de la noche.
Quien tiene las llaves,
las puertas del cielo,
quien es el que juzga a los malos y a los buenos