Esta mañana he estado ordenando algunas cosas de mi cuarto y me he encontrado con una poesía que me gustarçia compartir con aquellos que leen este blog.
No rechaces los sueños por ser sueños.
Todos los sueños pueden ser realidad, si el sueño no se acaba.
La realidad es un sueño.
Si soñamos que la piedra es piedra, eso es la piedra.
Lo que corre en los ríos no es un agua, es un soñar, el agua, cristalino.
La realidad disfraza su propio sueño y dice: "Yo soy el sol, los cielos, el amor". Pero nunca se va, nunca se pasa, si fingimos creer que es más que un sueño.
Y vivimos soñándola.
Soñar es el mode que el alma tiene para que nunca se le escape lo que se le escaparía si dejamos de soñar que es verdad lo que no existe.
Sólo muere un amor que ha dejado de soñarse.
(Pedro Salinas)
Me encanta leerlo porque, a decir verdad, sí que me transporta al mundo de los sueños. Ahora mismo estoy, como diría mi amiga Inés, en plan pasota. Otra decepción, cayendo desde lo más alto para volver a poner los pies en el suelo que siempre está ahí para parar mi golpe. Pero las heridas que causaron dentro tardarán tiempo en sanar.