sábado, 20 de octubre de 2007

Al cine


CRÍTICA
Cuando la ficción pasa a ser realidad

JAVIER OCAÑA



"Odio oír hablar de las mujeres como si todas fuéramos damas refinadas en lugar de seres racionales", clamaba la protagonista de la novela de Jane Austen Persuasión, trasunto de la propia autora. Como era habitual en los textos de la escritora, sus heroínas ejercían de altavoz para su espíritu crítico con la sociedad que le tocó vivir, modelo de mercantilismo amoroso y de ambiciones disfrazadas de galantería. Poco se sabe de la vida amorosa de Austen, que siempre permaneció soltera, salvo una carta en la cual la escritora habla a su hermana del que podría haber sido el único amor de su vida. Así que basándose en esa histórica misiva, y elucubrando sobre tal relación amorosa, el inglés Julian Jarrold ha creado La joven Jane Austen.


En la línea de cintas como Shakespeare in love (John Madden, 1998) o la inminente Las aventuras amorosas del joven Molière (de estreno el 16 de noviembre), la película resucita la estructura, el lenguaje, el retrato de personajes y el espíritu reprobador de la obra de Austen. En una notable operación de reciclaje, la madre de la novelista es un remedo de las ambiciosas matriarcas de sus ficciones; el padre es el habitual hombre de achantada apariencia pero de juicioso y resolutivo carácter; y las habituales sentencias en torno al amor, la independencia de la mujer y el decoro son desperdigadas a lo largo de la historia con buena cadencia, lo que acaba conformando una especie de película-fotocopia de gran eficacia.
"El amor está muy bien, pero por desgracia no podemos confirmar que el corazón nos guíe en la dirección adecuada", decía una vieja arpía en Sentido y sensibilidad. "El afecto es apetecible; el dinero, en cambio, es absolutamente indispensable", clama la madre de la escritora en La joven Jane Austen: una ficción con personajes reales, basados en papeles novelescos. Puro metalenguaje.

miércoles, 17 de octubre de 2007

Aclaraciones un poco tarde ¿no?


El director deportivo de Mercedes, Norbert Haug, cree que quizás el lunes, una vez que el título de campeón del mundo de Fórmula 1 se haya decidido, será el momento de explicar las diferencias dentro y fuera de la pista entre Lewis Hamilton y Fernando Alonso.
"Se ha hablado mucho. Aclararemos el tema a final de temporada", aseguró en una entrevista con DPA Haug, máximo responsable junto a Ron Dennis del equipo McLaren-Mercedes.
"¿Las diferencias entre Alonso y Hamilton? Quizás las explique con calma tras la temporada. Hoy en día la gran diferencia es que Alonso tiene cuatro puntos menos que Hamilton", agregó.
Tras las turbulencias de las últimas semanas, Haug siempre ha tratado de ofrecer una imagen de normalidad en el box de McLaren. A cuatro días de la resolución del Mundial, hace balance de la temporada: "La suma de los puntos de pilotos muestra de manera impresionante cuál ha sido nuestro rendimiento".
"Durante todo el año nos hemos enfrentado con intentos de distraernos y con presiones psicológicas, y lo hemos solventado bien pues nuestra cuenta de puntos siempre estuvo llena. Ganamos siete de las últimas 12 carreras, lideramos el campeonato y desde hace seis meses tenemos a Hamilton y Alonso en los dos primeros puestos", se defendió.
Haug también pasó revista a los dos volantes de su equipo. Primero quitó presión al 'rookie' Hamilton, que llega a Interlagos con cuatro puntos de ventaja sobre Alonso y siet sobre Raikkonen. "En el peor de los casos acabará el año a tres puntos de Kimi o a seis de Fernando. ¿No es sensacional para un debutante?".
En cuanto a Alonso, ya hace unos días le había abierto las puertas en unas declaraciones a la revista alemana 'Stern'. "Si alguien expresa su absoluta voluntad de no poder o no querer (seguir), entonces habría medios y caminos para la separación". Sin embargo, desestimó la posibilidad de mantenerle en nómina y no dejarle correr en 2008, ya que según Haug "ése no es nuestro estilo". No sancionaremos a nadie aunque se comportara mal", concluyó.

domingo, 14 de octubre de 2007

El dolor


Cómo expresar con palabras lo que se siente dentro. Cómo entender que se fue, que se acabó, que ya no hay más. Intentar nada. Ganar menos. Tiempo perdido. Desolación. Pena. Tristeza. Llorar por todo y por nada. No tener aliento, ni fuerzas, ni ganas. Nada. Eso es lo que queda.

Pero queda un resquicio de esperanza, una pequeña luz al final del túnel, una ilusión: yo, yo misma. Un conflicto interior que se está batallando. Pasado vs presente, recuerdos vs futuro, promesas vs sueños. ¿Quién gana? Por ahora, el dolor. Es lo que resta, lo que pervive, lo que se siente, lo que se respira. Me acompaña, me sigue, me persigue, se mete en mis sueños, se adueña de mi ánimo. Qué batalla más dura, que necesidad de fuerzas, que buenos amigos, que grandes sus sonrisas.